“Todo tiene su tiempo en la selva”. William considera que es un privilegio vivir en la selva, a pesar de haber sufrido mucho sus inconvenientes. La telefonía e internet de que disponen ahora en Centroamérica le permite estar al día del precio del cacao y tener una relación directa con los compradores. Su historia es de esfuerzo y progreso. Desde que llegó en el año 2000, su situación fue evolucionando a la par que la del pueblo. Siempre había luchado por su trabajo, y unos años después pudo empezar a cultivar su propio cacao. Eso supuso un gran cambio en su vida, un poco de estabilidad. Aun así, la actividad de los agricultores se hacía muy difícil por la falta de comunicaciones. Tardaban hasta dos días en llegar a Juanjuí, la población grande más cercana. Con la carretera nueva William y sus paisanos empezaron a sentirse cerca de la ciudad. Centroamérica ya no era un lugar tan apartado. El siguiente gran cambio lo supuso la llegada de la telefonía y la conectividad 3G. William respira tranquilo porque sabe que el futuro de sus hijos va a ser todavía mejor.